domingo, 16 de abril de 2006

Rocío y plata






Y no se acabó el cuento

de Maria Salamiento

este cuento quiere continuar.








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En una pequeña flor llamada “Don diego” se ocultaron para no desaparecer con el sol.

Al cerrarse, la pequeña flor las resguardaba del calor.

Y allí quedaron y se fundieron. Y gritaron las dos al mismo tiempo:

-Ya está sol ya puedes calentar!

Mañana nos veremos y esta noche, cuando la flor se abra, con la luna jugaremos.

Y las gotitas, encerraditas en la flor, sabían que por la noche ésta se abriría y podrían contemplar un escenario nunca visto, pues por la noche siempre dormían

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Y así fue, al caer la noche, la flor, poquito a poco se desperezó y se abrió con todo su esplendor desprendiendo y regalando su olor.

Las gotitas quietecitas esperaron sin moverse, sin gritar, estaban sorprendidas, el cielo no era azul, era negro! Y no había sol, pero había luz, una luz blanca y brillante y también veían todo de puntitos que parecía que reían o les guiñaban los ojos. A ciencia cierta no lo sabían.

Al cabo de un buen rato se atrevieron a moverse y estirándose todo lo que pudieron asomaron la nariz por el borde la flor.

Oooooh! Que bonito! Parece todo negro y no lo es, parece todo blanco y no lo es, igual se ven los colores con esta luz!

-Salimos? –pregunta una-

-Seguro? –duda la otra-

-Seguro, vamos a inspeccionar, no pasará nada, tenemos muchas horas hasta que vuelva el sol a calentar.

-Bien, si tu te atreves yo te acompaño. Vamos!

Y una aupó a la otra hasta el borde, después esta ayudó con la mano y pudo izar a su compañera. Y allí estaban las dos gotitas sentadas en el borde de la flor.

-Que hacemos, como bajamos?

-gegegegegeee pues bien bien no lo se, tengo que pensar la forma que será más divertida. Podemos intentar caer dentro de otra flor y la sorprenderemos y así una vez y otra hasta que lleguemos al suelo. O podemos dejarnos deslizar por las hojas y las ramas como si fuera un tobogán.

-Me gusta el tobogán! Salir de las flores me cuesta, que somos pequeñitas y no llegamos bien al borde.

Y dicho y hecho se cogieron de la mano y bien juntitas empezaron a bajar.

Y disfrutaron largo rato hasta que no llegaron abajo.

Ahora una rama larga, larga, larga, caían en una hojita y aprovechaban un rato y se balanceaban, volvían a saltar y volvían a resbalar.

Lo curioso del caso es que no les dio miedo la oscuridad. Al revés, estaban fascinadas, todo brillaba de una forma extraña.

Al principio no sabían a que se debía hasta que llegaron al suelo no lo comprendieron

Como fue? que paso?

Aterrizaron en la tierra debajo de una hoja que... hacía sombra. Y no se vieron. No se veían la una a la otra y esto que habían bajado juntas!

-Ostras! no te veo, estás negra!

-Yo tampoco te veo a ti... el susto que me di!

-No me dejes de la mano que empieza a cogerme un poco de miedo, podemos perdernos!

-Es muy raro!

-Que es lo que ves raro?

-Pues mientras bajábamos yo te veía...!

-Y yo también a ti. ¿Cómo puede ser que ahora estemos negras?

-Pues por eso digo que es raro. No lo entiendo, no lo se.

Y cogidas fuertemente para no perderse empezaron a andar

Y de pronto!

-Oooooh!!!! mira! mira! ahora eres de color de plata!

-Y tu también, que bonita estas!

-Y a que se debe ese cambio?

-Mosca, estoy mosca, vamos a investigar.

Y continuaron andando con precaución y pasaron por debajo de una hoja enorme y...

Oooooh! –Oooooh!... ya no estás! Donde te has metido?

-Pero si estoy cogida a ti yo tampoco te veo...

Ya volvemos a ser negras! –gritaron al unísono- Que misterio!!!!

Al final, después de un buen rato de brillar como perlas o desaparecer de inmediato, comprendieron que pasaba y cuando lo adivinaron quedaron hechizadas.

Era la luz de luna la que las hacía brillar, gotas de plata, gotas blancas, gotas de perlas, gotas de rocío que salieron a jugar.

Y cuando una hoja las privaba de la luz, desaparecían como por arte de magia, parecía que se escondían y se camuflaban en la negra sombra de la hoja a resguardo de una noche blanca.

-Es la luna! es la luna la que nos hace brillar, que bonito! que divertido, es fantástico!!! –gritó una gotita alborozada.

-Así si que se puede jugar! Nos podemos amagar y desaparecer... gegege... y será difícil podernos encontrar –contestó la otra maquinando nuevos juegos-

-NO! yo no quiero jugar a eso, temo perderme y perderte... y si después no nos podemos encontrar?

-Pues tienes razón, puede ser peligroso. Bueno, es igual juguemos a otra cosa ¿vale?

-Vale... espera que pienso...YA LO SE!! podemos jugar a disfraces!

-Y de que nos disfrazamos?

-Pues de príncipe y princesa, con vestidos elegantes y brillantes con adornos y arabescos de luz de plata de luna blanca. Y buscaremos un carruaje y podemos ir a bailar y cuando suenen las doce campanadas nos vamos a descansar. Como en el cuento de La Cenicienta

-Pero si tu no tienes zapatos!

-Bueno y que? No estamos inventando un cuento? Pues este será distinto y ya está!.

-Tu estás "locatis" de donde sacamos un carruaje y la música?

-Jo! que poca imaginación tienes compañero, que no lo ves? está a tu alrededor, todo está a nuestra disposición

-Mira, en lugar de carroza iremos en góndola, como si estuviéramos en Venecia, está hoja de nenúfar nos servirá y esta ranita que nos está mirando remará con sus patitas, se lo pediremos y veras como accederá.

-Bueno vale, espero no zozobrar ni caer al agua porque nos diluiremos y la pifiaremos...

-No que va! con una hoja tan grande como quieres zozobrar? Miedica... jejejeeee

-Vale y la música de donde la sacamos?

-Que nos los oyes? Los grillos están cantando!

-Los grillos? pero si solo dan dolor de cabeza!

-Que noooo que les pediremos que formen como una orquesta, montarán en otra hoja y nos acompañaran en el paseo, ya verás como saben componer música bonita, que eres un descreído!

-Bueno, bueno explicado así casi me lo creo

-Pues claro! ahora verás...

Y fue la gotita y buscó dos hojas enormes de nenúfar, convenció a las ranitas para que remaran y pidió a los grillos que montaran una orquesta con todos los instrumentos.

Efectivamente, así lo hicieron todos y muy serios se prepararon para el paseo romántico de las dos gotitas, a la luz de la luna en un estanque de superficie plateada, cuando estaba todo preparado gritaron YA ESTÁ !!!

Y las gotitas se vistieron con sus trajes de gala, estaban bonitas, contentas y emocionadas, montaron en la hoja que estaba preparada a la vera del estanque y empezaron a deslizarse por la superficie bruñida acompañadas de una suave música que las acompañó en su paseo.

Llegaron al centro del estanque, había una fuente con un pedestal, arriba de todo dos pájaros se arrullaban...mientras el agua que caía suave también cantaba.

Bajaron de la hoja y en el pedestal, al lado de los pájaros bailaron un ratito

.

Cuando se cansaron volvieron a la góndola y apoyándose una con la otra con las cabecitas juntitas se quedaron dormidas mientras la música sonaba y sonaba suavemente.

DON-DON-DON-DON-DON-DON-DON-DON-DON-DON-DON-DONNNN

Doce campanadas... la ranita remó y remó hasta tocar la tierra, cogió a las gotitas dormidas y las puso en su espalda y a pequeños saltitos para que no cayeran, para que no despertaran las llevó y depositó dentro de una flor, esta flor que se abre por la noche... y que desprende tanta olor, así, mañana cuando salga el sol estarán juntas y resguardadas de su calor.

Y las gotitas, encerraditas en la flor, sabían que por la noche ésta se abriría y podrían contemplar un escenario nunca visto, pues por la noche siempre dormían

BUENAS NOCHES GOTITAS QUE TENGÁIS FELICES SUEÑOS



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