Esto era una vez que yo sabía un cuento pero se me quedó dentro y no me acuerdo, voy a ver si me sale otra vez...
Esto era una vez,
un "bisho" pequeñito
que se pasaba el día paseando
metidito en una mochila
todo contento y entusiasmado.
Un buen día, se enfadó
estaba enfurruñado
con su dueña se encaró
le hacía mala cara.
Ni sonreía ni nada.
–Que te pasa?
–Estoy "enfadao"
–Pero porqué, ¿que te he hecho ahora?
–Nada, nada, si te parece -contestó con rentintín-
–Y pues, si no te he hecho nada ¿porque me miras con mala cara?
–Estas tonta o que? -grita- y se le escapa una lagrimita.
–Venga, vamos ven p'acá, dime que pasa...
Lo cogió con mimo, se lo puso en el regazo, apoyadito para consolarlo.
–Empieza, explícate...
–Es que...últimamente, algún día no sueno y tu tampoco me haces caso... y estoy aburrido y triste. ¿Para que sirvo? ¿Ya no me quieres?
–Pues claro que te quiero ¿qué no lo sabes? ¿No vas conmigo a todas partes?
–Si, si p’arriba y p’abajo. ¿y para que? No me coges, no me pones en tu oreja y... aún menos en la cama!
–Vamos a ver, vienes conmigo porque te necesito. A veces he de utilizarte. Pero lo mas importante, me haces compañía. ¿No te gusta hacerme compañía?
–Si, si claro... y ¿tu ya estás contenta?
–Toma, pues claro! Además tu no lo sabes pero estas de vacaciones.
–¿Estoy de vacaciones? Y ¿dónde he ido?
–A ningún lado en concreto, pero siempre conmigo. Estas descansando un poquito. ¿No te gusta descansar?
–Puess... no lo sé. Supongo que si, pero... ¿cuándo se terminen me volverás a coger?
–Si hombre si, no te preocupes. Volverás a sonar.
–¿Y volverás a reírte y me harás cosquillitas?
–Sí, volveré a reírme y te haré cosquillitas.
–¿Y volverás a apretarme las teclitas de mi barriguita?
–No he dejado de hacerlo, pero no me olvidaré. Apretaré las teclitas de tu barriguita.
–¿Y me volverán a dar besitos del otro lado?
–Volverán a darte besitos del otro lado.
–¿Y tu, me darás besitos?
–Te daré besitos, tranquilo.
–Vale, pues así me conformo. Ya no estoy enfurruñado.
Y así fue que “bisho” se quedó tranquilo.
Conforme con la explicación, volvió, el solito
Al bolsillo de la mochila.
Cerro los ojitos y quedó dormidito
Esperando el zumbidito.
...y aquí se acaba este cuento, como me lo contaron te lo cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario